Desde que la popularizara la Reina Isabel II en el siglo XIX, la mantilla se ha convertido en una prenda llena de significado. Fundamentalmente se luce en los toros y en bodas, con carácter más festivo, y durante la Semana Santa como símbolo de luto. Existe todo un protocolo en torno a esta prenda, que se conserva en las familias españolas como una tradición histórica.