La mantilla blanca es un accesorio tradicional español que ha sido utilizado durante siglos, especialmente en ocasiones festivas. Su historia está enlazada con la rica herencia cultural de España, y su evolución refleja cambios sociales y estéticos a lo largo del tiempo.

Orígenes y evolución

La tradición de llevar la mantilla blanca se originó en España y ha sido una parte integral de la cultura y la moda española. Durante el siglo XIX, especialmente durante el reinado de Isabel II, la mantilla se popularizó y se convirtió en un accesorio esencial para las mujeres de la alta sociedad.

La mantilla blanca está asociada con la pureza y la devoción, lo que la convierte en un accesorio ideal para eventos religiosos y ceremoniales. Tradicionalmente, las novias españolas usaban mantillas blancas el día de su boda para simbolizar su compromiso con el matrimonio. Además, las mujeres también las llevaban durante la Semana Santa y otras festividades religiosas.

Hoy en día la mantilla blanca se aprecia tanto por su valor estético como por su significado cultural.

Jackie Kennedy en Sevilla, 1966.

La mantilla blanca en Andalucía

En Andalucía la mantilla blanca tiene diferentes usos:

La mantilla blanca es una elección perfecta para las novias que buscan añadir un toque de elegancia y tradición a su boda. Originaria de España, no solo realza la belleza del vestido de novia, sino que también simboliza la pureza y el compromiso.

En muchos pueblos de Andalucía las mantillas blancas se lucen durante actos religiosos, como por ejemplo en la procesión de la virgen de la Bella en Lepe o durante el rosario a la virgen en el pueblo de Cantillana.

En Sevilla, concretamente durante la feria de abril, el palco de la Maestranza se llena de jóvenes que lucen este atuendo.

Jóvenes vestidas con mantilla blanca en el palco de los maestrantes

¿Mantilla blanca para madrinas?

Para las madrinas, llevar una mantilla blanca representa el papel tan importante que tienen en la ceremonia. Apta solo para bodas de día, puede ser visto como un gesto de honor y respeto hacia la pareja. Si la novia lleva una mantilla en su boda, la madrina no puede llevarla. Hay que consultar a la novia sobre su uso.  Además, a diferencia de otros accesorios que pueden pasar de moda, la mantilla blanca es atemporal y duradera. También añade un toque de distinción y elegancia. Puede llevarse a modo de chal para elevar el look. O con una peineta.

Para llevar la mantilla blanca recomendamos que los trajes sean de un color liso, que haga que la mantilla destaque. Los accesorios son la clave para que la mantilla luzca, entre ellos encontramos la peineta, recomendamos que sea de un color carey clarito, cuanto más alta sea mejor queda, siempre a partir de 20 cm de tamaño. Hay que añadir un broche atrás a modo de adorno y para darle un toque especial unos pendientes largos.

Otros usos de la mantilla blanca

En una boda católica se utiliza la mantilla blanca en la ceremonia de la velación nupcial. Es una parte específica de la misa, en la cual el sacerdote coloca un velo sobre los hombros de los novios, simbolizando la unión y la protección divina sobre el matrimonio. En algunos casos, la mantilla de la novia se extiende sobre ambos, simbolizando que ahora están cubiertos por una sola prenda y por lo tanto, por una sola vida juntos.

Fotografía: Paula’s Weddings

En algunas bodas la mantilla blanca no la lleva la novia, sino las invitadas. Esto sucede sobre todo en Andalucía. La novia pide a sus invitadas lucir una mantilla blanca el día de su boda.

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